¡Qué listos eran los romanos! La expresión en latín clásico, cuya traducción es «una mente sana en un cuerpo sano», fue extraída de uno de los poemas del autor romano Décimo Junio Juvenal, entre los siglos I y II d.C. Miles de años después, esta mención sigue estando más vigente que nunca.

La promoción de la salud en las organizaciones es un concepto relativamente joven que se comienza a abordar, como modelo de gestión empresarial, a finales del siglo XX. Significa algo más que el mero cumplimiento de los requisitos legales en materia de seguridad y salud en el trabajo. Significa también que las empresas contribuyen de manera activa a la mejora de la salud y el bienestar general de su plantilla.

De hecho, la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo (ENWHP) consensuó en el año 1997 el concepto de promoción de la salud como el «esfuerzo en común de empresarios, trabajadores y la sociedad en su conjunto por mejorar la salud y el bienestar laboral de los trabajadores».

La implantación efectiva de programas de promoción de la salud requiere del compromiso de todas las personas de la empresa y cada organización debe adaptarlos a su sistema de gestión y a sus circunstancias.

Cabe empezar tanto por realizar actividades de concienciación y comunicación, como por planificar y determinar las prioridades. Es interesante analizar en detalle los resultados de los exámenes de salud ya que dan mucha información de cómo es el estado de salud de las plantillas y focalizar nuestras actuaciones en aquellos parámetros que sean más necesarios: peso, tabaco, corazón, sedentarismo, etc.

Para ello, habrá que determinar un Plan de Promoción de la Salud (PST) identificando qué tipo de actividades se pueden implantar: cambiar los productos de las máquinas de vending por otros más saludables, fomentar el uso de las escaleras en lugar del ascensor, impulsar el uso de bicicletas en lugar de vehículos para acudir al trabajo, organizar competiciones deportivas internas, ofrecer desayunos saludables, campañas de deshabituación tabáquica, cursos de estabilidad emocional y gestión del estrés, talleres de cocina saludable, etc.

Por último, se analizará la repercusión del programa de PST, tanto en la satisfacción del personal como en la rotación del mismo, la productividad o la tasa de absentismo, así como los beneficios económicos del programa.

Las políticas de promoción de la salud en el trabajo reportan beneficios tanto a las personas trabajadoras, como a la empresa y, en definitiva, a toda la sociedad. Esto se traduce, entre otros en:

• Reducción de la accidentabilidad y las enfermedades, especialmente las crónicas.
• Aumento de la productividad empresarial y disminución del absentismo y del presentismo. Por cada euro invertido en programas de PST se genera un retorno de la inversión de entre 2,5 a 4,8 euros en absentismo y 2,3 a 5,9 euros en costes de enfermedad, según datos del «Informe de Trabajadores sanos en Empresas Saludables de la ENWHP»
• Mejora del clima laboral, la motivación y la participación
• Promueve la identificación con los valores de la empresa y, con ello, la retención de talento y la disminución de la rotación
• Mejora la reputación para las personas trabajadoras, para las empresas y para la comunidad donde estas se ubican
• Disminuye los costes sociales sanitarios (hasta un 26 %), de Seguridad Social y de seguros y contribuye a la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía (según datos del mismo informe ENWHP)
• Mejora el medio ambiente, la contaminación, la accesibilidad a transportes y polígonos, etc.

Esta semana se celebra en Pamplona el I Congreso Estatal Empresa Saludable. Seguro que supondrá un importante empuje para que las empresas navarras se suban al tren de la Promoción de la Salud.  ¡Atrévete!

Teresa Minondo Domeño

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